¿Qué es y para qué sirve el peeling?

El peeling es un tratamiento estético que consiste en la eliminación de las capas más superficiales de la piel, con el fin de mejorar su aspecto y textura. Se puede realizar mediante sustancias químicas, instrumentos mecánicos o luz láser, según el tipo y profundidad de peeling que se desee.

El peeling tiene múltiples beneficios para la piel, entre los que se encuentran:

• Recuperar la luminosidad y suavidad de la piel
• Homogeneizar el tono y reducir las manchas
• Atenuar las arrugas finas y las cicatrices del acné
• Limpiar los poros y regular la producción de grasa
• Estimular la regeneración celular y la producción de colágeno y elastina

Tipos de peeling

Existen diferentes tipos de peeling, según el agente que se utilice y la profundidad que se alcance. Los más comunes son:

• Peeling químico: se aplica una solución ácida sobre la piel, que provoca una descamación controlada. Según la concentración y el pH del ácido, se puede lograr un peeling superficial, medio o profundo. Los ácidos más usados son el glicólico, el salicílico, el mandélico, el tricloroacético y el fenol.
• Peeling mecánico: se emplea un instrumento con una punta abrasiva que rota sobre la piel, eliminando las células muertas. Se conoce también como microdermoabrasión o punta de diamante. Es un peeling superficial que se puede combinar con otros tratamientos.
• Peeling físico: se utiliza un haz de luz láser que vaporiza las capas de la piel, provocando una coagulación y una posterior regeneración. Es un peeling profundo que requiere anestesia y tiene un tiempo de recuperación más largo.

¿Cómo se realiza el peeling?

Antes de realizar un peeling, es necesario hacer una valoración previa del tipo de piel, el estado de la misma y el objetivo que se busca. El médico indicará el tipo de peeling más adecuado para cada caso y las recomendaciones previas al tratamiento, como evitar la exposición solar, suspender ciertos medicamentos o cremas y preparar la piel con productos específicos.

El día del tratamiento, se limpia y desengrasa la piel y se aplica el agente exfoliante, ya sea químico, mecánico o físico. El tiempo de aplicación dependerá del tipo y profundidad de peeling. Durante el proceso, se puede sentir una sensación de ardor, picor o calor, que se alivia con aire frío o compresas húmedas. Una vez finalizado el peeling, se neutraliza el ácido si es necesario y se aplica una crema hidratante y calmante.

Después del peeling, es importante seguir las indicaciones del médico para cuidar la piel y evitar complicaciones. Entre los cuidados posteriores se encuentran:

• Usar protección solar alta y evitar la exposición directa al sol
• Aplicar cremas hidratantes, regeneradoras y cicatrizantes según la pauta médica
• No arrancar ni manipular las costras o escamas que se formen
• No usar maquillaje ni productos irritantes hasta que la piel esté recuperada
• Beber abundante agua para mantener la piel hidratada